Territorio

El crecimiento poblacional y su cada vez más acentuada concentración en los centros urbanos, con el consecuente desarrollo desmedido de las ciudades, responde a un modelo de gestión del hábitat que implica la densificación de los servicios, la convergencia en muchos casos desordenada de usos del espacio para la habitación, la producción, la movilidad, el esparcimiento; la intensa movilización de la población al interior de las mismas y entre los centros de población, la expansión de la industria hacia territorios rurales circundantes a los centros de población.

El conjunto de dinámicas que se observan en torno al crecimiento de los centros de población remite a una serie de tensiones que pocas veces están resueltas; y las omisiones en la conducción de los procesos de apropiación del hábitat favorecen la acumulación de conflictos basados en intereses disímbolos. Así, tensiones como el predominio de la atención en los centros urbanos frente al abandono de la productividad agrícola; la influencia de los capitales privados en el desarrollo de la vivienda y los servicios urbanos por encima de la planeación urbana y la gestión coordinada del espacio; la ausencia de planeación para el resguardo de bienes comunes como el agua, la biodiversidad, las reservas territoriales, entre otros asuntos, configuran condiciones que favorecen la conflictividad en torno a las dinámicas de apropiación y utilización del territorio, tanto en los espacios urbanos como rurales.

El conjunto de dinámicas de larga data, como las que aquí comentamos, prevalecen en ausencia de herramientas de planeación y ordenamiento que permitan la conducción coordinada de los procesos de crecimiento de la población y la utilización sostenible del territorio y de sus bienes, como: la gestión democrática de las políticas de planeación urbana; acciones continuadas y de largo plazo para fortalecer la identidad y la productividad del campo; el predominio del espacio público frente a los intereses privados que motivan el desarrollo de la vivienda y de los servicios; el cuidado de los bienes comunes que sustentan las dinámicas vitales de las poblaciones; la gestión de integral de riesgos con una mirada de largo plazo.

Ante el panorama aquí planteado, es necesario impulsar procesos de gestión del espacio habitable que incorporen el diálogo entre los actores y sus intereses, que consideren estrategias de producción y resguardo de los bienes comunes con una mirada de largo plazo, que visualicen acciones específicas para la gestión integral de los riesgos sociales y ambientales implicados en las dinámicas de crecimiento de la población.

Objetivo del Programa
Mejorar las condiciones sociales, políticas y culturales que favorezcan la gestión y apropiación colectiva del hábitat.

Líneas de acción

• Programas de formación, capacitación y acompañamiento para el fortalecimiento de capacidades en la gestión del hábitat.
• Generamos información para el diagnóstico de las condiciones que limitan y posibilitan la gestión y apropiación del hábitat digno, segura y sustentable.
• Generar espacios para la articulación de actores y la mediación de la conflictividad social.
• Generar propuestas y alternativas a las problemáticas y conflictos identificación.

Espacios de incidencia
Las acciones del Programa inciden prioritariamente en el Área Metropolitana de Guadalajara, ciudades medias del Sur de Jalisco y territorios rurales circundantes.

Aliados estratégicos
Para la implementación de las acciones del Programa fomentaremos alianzas con organizaciones sociales vinculadas a los territorios de intervención, organismos de la sociedad civil, gobiernos municipales, universidades y centros de investigación interesados en las problemáticas de los territorios, organismos internacionales asociados a la agenda de desarrollo sostenible.